Pues sí. Soy del teléfono y estoy en el teléfono (el teléfono de la Esperanza, de Asturias, que es donde vivo, y dónde hace 19 años llegué “porque quería ser voluntaria del mismo”.
Aquí me informaron, aquí me formaron, aquí me siguen formando continuadamente.
Y por eso me quedé, y por eso continúo después de 19 años:
- Por lo bien organizada que está esta ONG, y muy especialmente a nivel de Asturias que es la que conozco más de cerca.
- Por la formación inicial para ser voluntario, aplicable en todo a la vida cotidiana.
- Por la formación continuada que se nos oferta durante todo el año, durante todos estos años, en diferentes temas, aplicables tanto a mi labor como voluntaria dentro del teléfono, como la mi vida personal.
- Porque siempre tengo el respaldo, ayuda y asesoramiento de mis compañeros, y de la dirección del centro, en momentos de dudas ante mi labor como voluntaria (nunca me he sentido “sola ente los leones”).
- Porque se escuchan nuestras sugerencias y nuestra petición de formación en temas concretos, que nos ayuda a realizar mejor nuestra labor como voluntarios.
- Porque considero que es una organización de alta calidad organizativa y funcional y alta calidez humana.
Y hablando de formación continuada, nuestro equipo directivo de Oviedo, nos hizo el gran regalo de ofrecernos la vivencia de compartir un tiempo de aprendizaje en torno al TRAUMA, el fin de semana del 20,21 y 22 de Mayo, en Celorio, guiados sabiamente por Manuel Hernández Pacheco, psicólogo malagueño y creador del método terapéutico PARCUVE para descubrir, afrontar y poder sanar en la medida de lo posible, el trauma que todos llevamos dentro.
Resumiendo muchísimo, y de la mano de Manuel, (sus didácticas y amenas exposiciones, los ejercicios prácticos que nos brindó y los ejemplos aplicados a nuestra vida y relaciones cotidianas), aprendimos que todos, todos, absolutamente todos, arrastramos algún tipo de trauma desde la infancia, y que nos van modulando y dirigiendo a lo largo de nuestra vida, en nuestro modo de relacionarnos con nosotros, con los otros y con el afuera. En torno a esto se desarrolló el curso, que disfruté enormemente en todos los aspectos y en todos los sentidos.
Mil gracias desde aquí, a quienes nos lo hicieron posible.
Pues por todo esto, sigo siendo del teléfono y estando en el teléfono ( de la Esperanza).
Soledad Pozuelo, voluntaria del Teléfono de la Esperanza en Asturias.